19 mayo 2008

Parrandas Chasneras (y 2)

La verdad es que nunca pensé que se armara la que se ha armado con la opinión que he hecho de Los Chasneros y de Parranda Chasnera. En ningún momento me planteé siquiera que tendría que volver a escribir sobre el tema, pero mira por dónde lo estoy haciendo. Y lo hago porque creo que debo hacerlo para aclarar algunas cosas, sobre todo cuando el terreno personal se está anteponiendo a cualquier otra cuestión.

Tengo que señalar, antes que nada, que no ha sido de ninguna de las maneras mi intención herir ni insultar a nadie con mis palabras. Nunca ha sido mi estilo. Lo que sí que es cierto es que tiendo a ironizar un poco los asuntos que trato, -y esto quizá pueda ser un defecto, aunque depende de la perspectiva desde la que se mire-, pero siempre muy lejos de la intención de ofender a nadie. También puedo tener el defecto de no entrar directamente al grano, y suelo irme por las ramas al principio. Sólo se tendrá que leer otros de mis comentarios en este blog para confirmar lo que digo, o a las hemerotecas de la prensa local si alguien no queda del todo conforme. En este sentido, y concretando en el tema que nos ocupa, la introducción al fondo de la cuestión que pretendía plantear, ha llevado, sin yo ser consciente y sin pretenderlo, a que se considere una cuestión puramente personal y descalificativo. Y en esto me parodio diciendo que ¡Dios me libre si lo he hecho a propósito!

Creo que la definición que he hecho de parranda no dista mucho de la realidad, aunque admito que no todo el mundo comparta la misma idea. Tampoco he querido pretender con ello que sea una acepción que deba aceptar la Real Academia, así como tampoco ofender a los grupos que ostentan tal denominación, los cuales me merecen el mayor de los elogios, por su dedicación en pro de nuestra cultura y el gran esfuerzo personal de cada uno de sus componentes para seguir adelante, y aquí, sin duda, incluyo a la Parranda Chasnera.

Y confieso abiertamente que yo me considero un parrandero, pero parrandero de los de alcaserser al día siguiente, y no por ello me doy por llamar, -ni me llaman-, de ninguna de las maneras que alguno ha querido ver de entre mis líneas, y que es quizá lo que más parece que ha dolido. Repito que nunca más allá de mi intención.

Llegado a este punto, no tengo ningún problema en pedir públicamente disculpas a quienes de alguna manera haya podido ofender con mis palabras, desde los anónimos hasta, y sobre todo, a mi primo Javier y su hija Blanca. Repito y repetiré hasta la saciedad que nunca ha sido mi intención faltar a nadie, y mucho menos a quienes son parte de mi familia porque de alguna manera me estaría faltando a mí mismo. Distinto es que no comparta la misma opinión, que a eso creo que todos tenemos derecho.

Y para que pueda enmendar el sentido personal que parece ha tomado este camino, no digo que voy a eliminar del blog mi comentario bajo el título “Parrandas Chasneras”, pero sí que eliminaré todo aquello que ha sido motivo de reacciones personales, limitando el contenido del artículo a lo que realmente era mi intención. Si alguien considera que sigo equivocado, -y ya salvados los posibles malentendidos-, estaría encantado de conocer cuantas versiones existan.

Debo y quiero aclarar que mi visión del asunto ha venido determinada por haber tenido acceso a un comunicado de Parranda Chasnera a través de la red, así como de su propia página web. Los términos de herederos, tomar el testigo, nuevo disco, y todo ese tipo de detalles quizá los hubiese entendido si hubiese tenido constancia de la desaparición de Los Chasneros. Ante la duda, fue un miembro de dicho grupo quien me confirmó que el grupo se estaba recomponiendo y que nunca se había extinguido. En este sentido ha confirmado nuevamente su director por medio de un comentario en este blog, que Los Chasneros siguen vivos. El único pecado cometido, a mi entender, es haber entendido que Los Chasneros se habían esfumado y haber contrastado dicha circunstancia con quien creo que tenía que contrastarla. Lo que lamento es que ha causado más impacto los párrafos que nada decían respecto de lo que realmente pretendía.

Tal vez, y digo sólo tal vez, -ya uno coge miedo a estas cosas-, todo esto sea una cuestión puramente personal entre miembros de uno y otro grupo. Si así fuera, deseo de todo corazón que dichas cuestiones se aclaren y se solventen. Ojalá algún día podamos ver sobre un mismo escenario a ambos grupos. Alguien ha dicho que con todo esto se trata de destruir, y eso no es cierto. Quizá mis líneas, afortunadas o desafortunadas según para quienes quieran interpretar una u otra cosa, puede que hayan servido para que afloren los resentimientos guardados por ambos lados. El orgullo no debe ser nunca una bandera para nadie. El rencor tampoco.

5 comentarios:

  1. Anónimo8:36 p. m.

    Ves Jose Luis, eso es reaccionar bien y a tiempo.

    Has obrado bien y como bien dices tú ojalá esto sirva para algo positivo.

    Un saludo,

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  2. Anónimo7:24 a. m.

    Me ha parecido muy bien lo que ha hecho el Sr. José Luis. Yo lo perdono, y espero que mis compañeros parranderos hagan lo mismo. De todos modos Sr. José Luis, debería enterarse bien de lo sucedido.

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  3. Anónimo10:19 a. m.

    Y dale con eso de que alguien debería enterarse bien de lo sucedido. A ver, quizás ni tú mismo sepas lo sucedido. ¿Tú puedes explicarlo aquí?. Vamos a estar muy atentos a todo lo que pongas. Pero, hombre, házlo con tu nombre y apellidos, y yo te contestaré con nombre y apellidos.

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  4. Anónimo10:41 a. m.

    Mi buen amigo José Luis solicitó mi opinión acerca de lo escrito en su comentario y de la polémica que ello había levantado. A todo esto deseo hacer algunas puntualizaciones, a saber. No me parecen de recibo las acusaciones sobre la más mínima intención de ofender de José Luis, pues no ha sido jamás su estilo ni forma de proceder y solo una mala interpretación de sus palabras podría justificar tal afirmación. Por otro lado y metidos en harina (nada más lejos de mi intención que entrar en polémica alguna)desearía hacer una llamada al entendimiento y la amistad que son valores intrínsecos al "Parrandeo" y dejar constancia de que (como en todo en esta vida) todas las partes llevan algo de razón, unos porque nadie les podrá quitar su pasado en Los Chasneros y a los otros porque continuan con una encomiable labor de veinte años.
    En fin, que la mejor noticia sobre el hecho que nos ocupa no puede estar en otra cosa que en que ahora nuestra cultura cuenta con dos grupos y que esto es salud para la parranda, la cultura canaria y la vida. Felicidades a ambos y mucha suerte.

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  5. Anónimo8:02 p. m.

    DON JOSE LUIS ES TODO UN CABALLERO Y PUEDE OPINAR LO QUE QUIERA,PERO JAVIER G. OSSORIO FALTA A LA VERDAD CON LO DE HABER ESTADO SIEMPRE EN LOS CHASNEROS(AL FINAL NO ESTUVO: ULTIMOS 2 AÑOS)POR CIERTO... EL NOMBRE DE PARRANDA YA ESTA REGISTRADO.

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