15 septiembre 2006

Ganar la guerra del 36


Mi compadre Manuel Sánchez de Ron, que ganó una vez unas maniobras militares, está convencido que el Señor Zapatero está dispuesto, cueste lo que cueste, a ganar la guerra del 36. El único inconveniente es que, de aquel fatídico año han pasado nada más y nada menos que setenta: cuarenta en blanco y negro y treinta ajustando el color.
Para rellenar un poco el BOE y su expediente de errores políticos, nos ha salido ahora con una ley que según su escudera, servirá para poner en su sitio la historia, como si nunca hubiera sabido ponerse en su sitio: el siglo XV después del XIV y antes del XVI, el XX antes que el XXI,los raperos mucho después que los fenicios…
Yo he visto a lo largo de mi vida y de la geografía que con ella he podido recorrer, muchos monumentos, escudos de armas y museos, que me recuerdan, unas veces con horror y otras con esperanza, circunstancias y acontecimientos que han ocurrido durante la historia de la humanidad, y que me permiten reflexionar sobre el camino por el que debemos seguir avanzando.
Pero parece que lo que realmente importa ahora, antes que solucionar de una vez por todas el problema de la inmigración, las listas de espera en los hospitales y demás chuminadas, es bajar a Franco del caballo blanco de Santiago, quitar escudos, dejar de fumar y de beber, y negociar de no sé todavía qué con quienes en un principio lucharon contra el Franquismo y no se han enterado que el General está muerto desde hace tiempo. Ya puestos, podemos demoler los pantanos, el teatro romano de Mérida y el Monasterio de El Escorial.
Nadie en este país olvidará nunca que hubo una guerra atroz, y que hubo soldados azules y soldados rojos, y también muertos rojos y muertos azules, y hambre, y sed, y odio… y que tampoco olvidaremos que fuimos capaces de darnos la mano cuarenta años más tarde, y que hemos sido capaces de construir un futuro sin color mejor para todos, al menos hasta ahora.

Para empezar

"Cuidado al cruzar..." comenzó titulándose "Con mis torpes manos", ya que fue el mismo título que utilicé para mi primera publicación seria, un poemario en que el que recogía muchos de los poemas escritos desde mi adolescencia hasta casi entrados los cuarenta.
La idea de cambiar el título ya me rondaba desde el principio, porque quería encontrar uno que se ajustara al contenido que quiero para este blog. No quiero que sea un "monoblog" donde siempre se escriba sobre lo mismo. Lo que quiero es escribir lo que realmente me apetezca en ese momento: un poema, una idea, una opinión... Mirar de un lado a otro de la calle antes de cruzar, y decidir entonces si cruzo la calle.